Juan

Muy bien, muy bien, gracias.

¿El qué? ¿Cuál? No. ¿Qué? ¿Qué me dijiste? Claro. Que no, que venías a mi departamento.

Sí, estabas muy pesada con venir.

Entonces, básicamente...

Fascinado.

16.

25. 6.

¿Qué haces?

No, pero... Pues sí, yo sí pienso eso. O sea, yo pienso que... No, pues sean novios ustedes.

Pero para mí eso es una cuestión de sentido común, ¿no? Vas... ¡Ah!

No, no, no, no pedirlo. O sea, si lo quieres pedir, estupendo, pero las cosas fluyen, se van dando, son distintas a otras cosas, obviamente. Y yo sí lo pienso, somos adultos y somos capaces de ver otras cosas distintas, ¿no? Y para mí, me podéis regañar todo lo que queráis, pero para mí sí es un poquito como de patio de colegio, ¿no? Y yo lo siento, pero ¿qué hice? ¿Tú me obligaste, más o menos?

Sí. Pues yo lo hice y ya está.

Pues me dijiste, me tienes que pedir, y yo te lo pedí.

Ay, no me acuerdo de eso.

Ah, en Colombia, es verdad.

Estamos en Andrés Carne de Res, ¿no?

Sí.

Sí.

Es que no lo recuerdo muy bien, la verdad, eso, pero sí me dijiste que... O sea, que no te lo iba a preguntar. Yo te dije que para mí eso no era importante. O sea, a lo mejor estoy mal, pero yo sí lo daba por hecho.

¿Por qué lo dabas por hecho, Juan? No lo sé. A lo mejor, pero bueno, si hubiera estado equivocado, la hostia me la meto yo, no te la metes tú, ¿no? Pues ya está, también es... Es un riesgo. Es un riesgo. Ya.

No, eso no. Pero no sé las conversaciones que había. O sea, no sé, eran de otro tipo, ¿verdad?

No, para mí sí es sentido común y yo así lo pensaba y así lo sentía y para mí no está en mi diario el tener que pedir eso.

Pues supongo que habrá quien, de mi entorno que yo sepa no. ¡Órale! Supongo que habrá, pero...

Claro.

Claro.

No, no, todo bien.

Arturo.

¿Qué más?

Después de tu falta de respeto.

Ah, sí.

Vamos tranquilos.

¿Qué pedo, hermano?

La de la... cuando estábamos en Mérida. Sí. En la casa.

No sé, pero sí. Ahí ya había tensión.

No, todavía no.

Eso no pasó por mi mente.

No sé lo que me dijiste, pero ahí notaba ya la tensión.

¿Qué? No recuerdo, pero estaba... No entendía nada.

Bien nerviosa.

Bien alterada.

No sé. ¿Tú te acuerdas mejor que yo? Yo no lo tenía en cuenta todo eso.

Ah, sí. Sí.

Pues, me parecía lo más...

Pero es que creo que era contraproducente porque se iba a pagar más. Entonces dije, bueno, pues me voy. No puedo construir una barda más alta ni nada, pero voy, me tomo una cerveza tranquilamente, miro el mar y me voy a por bolsas de basura. Y ya está. Por lo menos soluciono un problema y ya.

Pues que no entendía, porque nada me parecía grave, ni nada era una crítica.

No, no me da igual, obviamente no me da igual, pero digo, bueno, ya, o sea, entrará en razón luego y... No, ¿y sabes qué hace?

Sí, claro.

Claro, claro.

Que ya estabas más calmada. Era el momento de relajarnos.

Sí, o sea, porque entendía que al final lo que tenías era tú el sentimiento, o sea, porque no estabas segura de la casa que habías rentado. Y pensaba que si hablábamos de eso iba a ser como darle vueltas a la pelota y llenarla más de mierda. Cuando se calme todo, hablamos y resolvemos, ¿no? Y por eso lo dejé pasar, creo que es mejor.

Sí, o sea, sí, mucho, muchísimo. Una barbaridad, estaba increíble. ¿En serio? La mejor casa que podías haber rentado, aunque tuvieras más opciones. ¿En serio? Esa era la mejor, sin duda.

No, igual es como más de... Yo creo que allí se ve más como de telenovela.

Es que yo no le voy a decir te quiero a alguien que conozco de hace dos días. O sea, para mí te quiero es algo más allá.

Yo puedo estar... Pero si ahora hacemos lo mismo que vosotras, ¿qué? Sería un choque todo el día.

De cielo.

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Dime gorda.

Camarada, sobre todo.

No tan así, pero... ¡Sí, sí!

De un elevador, sí. Claro, pero coño.

Mis cojones morenos.

Sí, unos jeans azules y un top negro.

Lo que pasa es que tardo porque luego para tirarlas las desmonto.

Sí.

Sí.

Sí, aquí en México se llama de otra forma, pero creo que troquel también.

Rojos.

No quiero que dure 7 segundos. Pero hay cajas que están pensadas un poco para eso, para que abrirla cueste un poquito más y tengas esa sensación de que ya estás disfrutando del producto antes de abrir la caja. Y para eso tienen ese vacío de aire cuando las abres, pues...

Zapatos.

Unos botines negros, creo recordar.

El mundo del packaging es una maravilla.

Va.

Ok.

Ah, lo de los tenedores.

¡Me adora!

Sí, sí. Y los tienes guardados y clasificados por colores en mis cajitas.

¿En los cajones? ¿De? De tu... De tu... Exacto.

un listoncito de madera para colocar los tenedorcitos y que los puedas ir moviendo para utilizarlos una vez al año.

Pensé que estabas loca, pero me encantó.

¿Qué?

Que me contaste tu vida en dos horas, entera.

Bye. Bye, bye.

Porque lo dice mi amigo, pues yo también.

Hasta luego.

¿Eh? Pero tú recuerdas que estaba el baño hacia atrás. ¿Y qué hago? ¿Me doy la vuelta así como un loco?